LLUVIA DE VERANO
Pero era eso…una lluvia de verano y por la tarde comenzó a clarear y se empezaron a ver pañuelitos de cielo azul celeste y el sol a pintarlos de mil matices de rojo…tarde de otoño adelantado.
Al salir a pasear por el sendero que rodea la parcela, los pasos se amortiguaban, las hojas no crujían, sino que blandamente se hundían en la hojarasca; los verdes más verdes y los árboles más limpios, otro aire se respiraba; las poquitas flores que van quedando se veían cargadas de agua mirando al cielo. El olor a limpio, a hierbas, a higueras me dio una nueva vida; un higo maduro ¡una gloria!, una pobre ciruelilla olvidada ¡una gota de almíbar entre piel ácida!, un racimo de “lagrimilla” transparente y dorada me recordó el parrón del fundo, pequeñitas uvas que no alcanzaron a crecer y que ahora son las primeras en madurar, dulces de miel.
No importa que mañana vuelva a hacer calor, no importa que todo se reseque, no importa que lo pase mal otra vez….hoy me sentí rejuvenecer…hoy me sentí feliz con esta preciosa lluvia de verano.