domingo, abril 30, 2006

TRANSFORMER

TRANSFORMER



El “ramo encantado” que me regalé para mi cumpleaños ha ido llegando a su fin; lentamente sus flores se han ido deshojando y perdiendo su brillo, pero me niego a claudicar ¡quiero seguir teniendo un ramo de cumpleaños! Y a medida que las flores se secaron las fui reemplazando por crisantemos enanos de varios colores, desde el blanco hasta el ladrillo oscuro; lentamente el ramo tomó otro aspecto convirtiéndose en un cálido acompañante de otoño.
El ramo encantado….desapareció.
El ramo transformado….nació.
Quedan los tallos de las flores todos unidos, bebiendo de la misma agua. Quedo contenta cuando lo miro por las tardes a la luz del atardecer iluminadas por el sol de la tarde, cálido sol de otoño que les da un algo especial, algo de encanto, y ¡porque no decirlo, también algo de encantado!

viernes, abril 28, 2006

OTRO OTOÑO

OTOÑO

Rumbeando por Romeral se ve el río Aconcagua limpio y azul.¡Que contraste con otras estaciones en que viene fuerte, vigoroso y oscuro!. En sus riberas no se ven cultivos, sólo piedras; los de verano ya no están y los de invierno todavía no se siembran.
Los eucaliptos desnudan sus troncos mostrando dibujos en verde y anaranjado; las largas tirijalas de corteza desprendidos, se mueven con el viento; sus hojas verde-azuladas contrastan con las de los otros árboles que están perdiendo las suyas en una sinfonía de rojos y amarillos.
Nidales de Quintral se destacan en los álamos, ya sin hojas, dándoles un aspecto florido, irreal; sólo los picaflores se gozan de sus flores.
Se está poblando el Valle del Aconcagua; se ven casitas nuevas de variados colores en contraste con centenarias edificaciones de adobes. Los nuevos vecinos han plantado flores para alegrar sus vidas; es curioso que entre las flores que plantan predomine el rojo, desde el carmesí de los cardenales al morado de las buganvilias; mientras, en el campo apenas quedan quebrachos de flor amarilla, algún yuyo o dedal de oro, apenas sobreviviendo a la sequedad.
Todos esperan con ansias las lluvias para reverdecer; así este campo, seco y amarillo, se convertirá en un vergel de mil colores en primavera.
Los cerros, a la orilla del mar, están empezando a verdeguear, uno que otro matojo espinoso y reseco estira un modesto tallo que termina en una raquítica flor, “esperanza” se llama, es así como empieza el ciclo, ya habrá humedad y veremos todos los cerros florecidos.
Al atardecer, el sol se va poniendo abrazado a las nubes; una bandada de loicas muestra su pecho rojo; parlotean en busca de semillas; unas mueven sus cabecitas, se esponjan las plumas luciendo el rojo brillante de sus pechugas, más rojas con la luz del sol poniente.
Se nota que la brisa marina que está humectando las laderas augura las lluvias de invierno que todos esperan con las ansias del sediento.
Poco a poco el panorama mejorará, es el ciclo de las estaciones que aquí están bien acentuadas.

jueves, abril 27, 2006

NOSTALGIA

NOSTALGIA


Un adagio de Chopin.
La luz del atardecer.
Los pétalos de las rosas van cayendo uno a uno formando una catarata perfumada y multicolor cubriendo el entorno hasta llegar al piso, que los recibe como un regalo.
Un recuerdo.
Un perfume.
Un anhelo.
Una visión del pasado.
Un rincón olvidado en una casa deshabitada.
Un cuadro de otra época.
Alfombra de pétalos perfumados.
El sol palidece.
Empieza una semipenumbra que llena el alma de un pesar,
De un recuerdo no recordado.
Mueren la rosas exhalando su mejor perfume.
¡Gracias por su don!

26-4-06

sábado, abril 22, 2006

OTOÑO

OTOÑO

¡Este otoño no hay quien lo entienda!....debería empezar a hacer frío y…tenemos un calor de verano. La otra noche hasta tuvimos un temblor… ¡que cosas más fuera de tiempo! Todo está cambiado: Las rosas han vuelto a florecer como si estuviéramos en primavera y están preciosas, enormes y fragantes, las hay de todos colores, rojas, amarillas, blancas y rosadas. Como si fuera poco: han florecido los nísperos; cuando paso cerca de ellos siento su olor fuerte y pesado, penetrante como si fuera un perfume del pasado; los naranjos tienen frutos casi maduros y están volviendo a florecer.
Con la caída del sol, las nubes se ponen rojas y la parcela de llena de colores, los senderos se ven dorados, las hojas de los paltos caen suavemente formando una alfombra de horas de distintos colores, verde-viejo, amarillo-oscuro, anaranjado-rojizo; la luz penetra por entre las ramas dando un espléndido contraluz.
Los pasos acompasados resuenan haciendo crujir la hojarasca y los pájaros: cantan y cantan, los zorzales planean por entre las ramas y se lanzan sobre su comida…luego, el silencio, la paz.

miércoles, abril 19, 2006

PROPIETARIOS

PROPIETARIOS


Desnudos nacimos y desnudos morimos ¿Qué ha pasado con nuestra soberbia de ser dueños o, peor aún, ser propietarios de los bienes que nos rodean?. No lo había pensado hasta hoy en que un pequeño pájaro me lo ha hecho sentir.
El sitio donde vivimos es largo y por un sendero podemos pasear, por uno ir y por otro volver y así gozar de la sombra de los paltos o del tibio sol en el invierno; podemos respirar aire puro, escuchar el canto de los pájaros, ver y oler las flores silvestres que se entremezclan con los árboles frutales, un paseo agradable que nos mantiene sanos y contentos.
La pareja de codornices que el año pasado crió con éxito a sus siete pollitos, este año sacó trece y, de momento, van desarrollándose muy bien; papá-codorniz, encaramado en una rama o en la cerca, cuida que sus hijitos con su mamá coman de las semillas, se bañen con arena y correteen felices por ¡¡su territorio!!. Son lindos, nos da gusto verlos y oírlos. ¡Que papá más bueno!.Anidan al fondo y hemos procurado no molestarlos; nuestros paseos se han ido acortando para que no se asusten, porque cuando el papá-codorniz nos ve grita y se agita desesperadamente: “ pit pit pit piripipit pit”, la madre corre a ocultarse y los pollitos, ordenadamente en fila, se ponen a resguardo.
Hoy no pude llegar ni a la mitad de mi paseo, allí estaba papá-codorniz esperándome: ¿Qué haces en mi tierra? “Pit pit piripit pit pit” ¡Fuera de mi territorio!. Todo engrifado con el moño enhiesto y batiendo las alas gritaba: ¡Fuera,. fuera!.–Ya voy- le dije ¡Si te vine a dejar trigo!- pero él nada: pit pit piripit pit ¡Fuera, fuera!. Despacio me volví. Por lo visto la familia codorniz pensó que ya estaba bueno de invasiones y por el lado opuesto al que yo volvía, en paralelo, corrieron a cerrarme el paso ¡¡La familia en pleno!! Gritaban y chillaban:¡Fuera, fuera, fuera! hasta que llegué a las cercanías de mi casa. ¡El territorio estaba marcado! ¡mi paseo reducido a la tercera parte!
Muy linda la familia codorniz pero... ¿Dónde paseo ahora?... ¿Qué pasó con nuestra parcela?... ¿Quién es el dueño ahora?.
Obvio que es nuestro lo que podemos disfrutar y obvio es que quien disfruta ahora es la familia codorniz . ¿Tendré que pedirles permiso para caminar? O ¿Tendré que salir a la calle?.
¿En qué quedamos? ¿Quién es el dueño de la propiedad?
De dueños, nada: Desnudos nacimos y desnudos morimos.

lunes, abril 17, 2006

SIN LUZ

SIN LUZ

“La luna en el mar riela y en la lona gime el viento”
Ni mar, ni viento, ni luz; a lo lejos ladran los perros, no hay otro ruido, ni los grillos cantan, ni los chunchos, ni los queltehues, ni las aves nocturnas se llaman; la noche está tranquila, sola, oscura, pesada, negra, sin serlo del todo, hay un ambiente denso. La vela apenas me alumbra dejando sombras alargadas, titubeantes, desconocidas; todo se ve deformado, diferente, angustiante, aterrador. Siento el corazón encabritado, la mente inquieta, intranquila, a penas veo y me pregunto: “¿Así verán los ciegos?, entre sombras tocando, buscando lo que han perdido, solos en su mundo, solos en su vida.
Tan acostumbrados estamos a tener electricidad que sin ella no sabemos que hacer, los pensamientos no se materializan en palabras; las ideas se paralizan; sólo hay un deseo: ¡Que se haga la luz!, que sin ella ya no se puede vivir; y eso me duele porque hace cincuenta o sesenta años pasábamos cuatro meses en el fundo sin luz ni gas ni agua potable, sin muchas cosas hoy indispensables y...¡No pasaba nada! ¡Éramos felices!; gozábamos del día y...también de la noche, salíamos a caminar, a mirar la luna o las estrellas, a oír los chunchos y a las lechuzas; a tomar luciérnagas y a enredarlas en el pelo y en la ropa ¡Nos sentíamos príncipes y princesas!. En la casa mi mamá encendía sus lámparas de parafina y nos sentábamos a conversar, a oír cuentos, a fantasear hasta que el sueño nos vencía. ¡Qué tiempos felices aquellos!, ahora de vieja me asusto ¿Y si tiembla! Y ¿ si salgo a vagar y me pierdo?...y...y...y. Además me preocupa el contenido del refrigerador...de lo que está escrito en el ordenador ¿se borrará? ¿se alterará? ¿cuánto tiempo mantendrá su autonomía?...Interrogantes que no tienen respuesta inmediata...nunca se me había ocurrido que pudiera pasar...pero lo haré...mientras trataré de ver, por lo menos las líneas de este block...y si no las veo...da igual.
¿Podré a aprovechar el chongo de vela para fantasear un poquito? decirme que sin luz he ganado y mucho: de partida los sonidos de la noche son muy pocos, no hay jóvenes con música estridente, los perros de callarán pronto; sin ruidos igual podré pensar en algo inteligente. He ganado también conciencia de que no debo vivir esclavizada por las cosas, si en el refrigerador se estropea un poco de comida...no importa, trataré de tener lo justo para que no me vuelva a pasar. Y...en el señor Fernández tengo confianza, sé que es leal, creo que me quiere y que guardará todo lo que le he contado. Si tiembla...ya sabré que hacer dependiendo de la intensidad del temblor: hasta el grado 5 me quedaré en mi cama....si es grado 7... me pondré en el umbral...si es más arrancaré al patio (por lo menos eso lo pienso ahora).


O sea...estoy razonando
O sea...estoy mejorando
O sea ...la tontería se me está pasando.
El chongo de vela es noble, se está quemando despacito para que yo termine de sacar lo que tengo dentro y se lo agradezco.
Mi pieza ha perdido el vínculo conmigo, lo que anoche era orden, hoy no lo es, a la luz de la vela se ven manchones de sombras mezcladas con ropas indescriptibles; al tacto la cartera parece otra cosa; los cuadros no se ven sino bultos borrosos y el móvil de las niñas parece juguetear, en el momento que los miro por el rabillo del ojo, se ve cómo los pulpos buscan a las estrellas y a los pescaditos
Mi pieza se ha convertido en algo que no es mío, los muebles y sus sombras son otros; el señor Fernández me mete miedo, los pulpos se quieren robar el resto del móvil, los cajones del velador esconden lo que necesito y yo...semi ciega tengo que asumir mi debilidad. Pero allá adentro de mi oigo una vocecita que me alienta diciéndome: “No te dejes vencer...la luz volverá...será mañana o pasado...pero volverá y podrás arreglar todo como te guste...lo que se estropea...se tira.
Con luz podré pensar cosas inteligentes (que a lo mejor serán un lata). Parece que me está gustando ser un poco distinta: calentarme en la luz de la vela, cabalgar en el móvil y esperar que el señor Fernández me quiera y no me olvide.
Estoy más tranquila pero no quiero apagar la vela, quiero que me dicte lo último que queda en mi cabeza y en mi corazón, aunque sea en secreto me diga: ¿Nos queremos más las parejas humanas cuando no hay luz?.
Sigo con miedo de apagar la vela y dejar de ver... ¡Desdichada!
Dejar de oír... ¡Desdichada!.

viernes, abril 07, 2006

DESEO

DESEO





Quisiera ver un pedacito de cielo azul y ser pájaro para volar hasta él.
Quisiera ver el mar profundo y ser un pez para deslizarme entre las algas.
Quisiera ser una brisa fresca y hacer cantar las hojas de los árboles.
Quisiera que el sol se transparentara e incendiara las nubes al atardecer.
Quisiera ser niña y abrazarme a mi mamá y que ella me contara cuentos de pájaros que se escapan al cielo, de peces que juegan entre las algas y podría ser la brisa que mece las hojas y desordena los trigales. Tal vez vería el cielo rojo y me daría esperanza de un día mejor.

Momento de Otoño

UN MOMENTO DE OTOÑO

Lluvia de otoño, brusca, violenta, impredecible; azota los árboles, quema las rosas. Bienvenida para la tierra reseca por el verano implacable; terror de los techos inseguros, de los campamentos, de los pobres.
Así como esta increíble lluvia limpia el ambiente y lustra los árboles también hace caer las hojas de las higueras que estaban cuidando que los postreros frutos maduraran. Ahora, sin hojas se ven y se huelen los últimos higos que quedarán duros y sin sabor, su futuro es cruel, caerán al suelo para abonar la tierra y nadie los saboreará. ¡Pobres higueras despeinadas! Con una hoja que otra amarilleando se ven feas y sin gracia; el secreto es saber que el día de San Juan ¡brotarán!.
El mancaqui dio una abundante cosecha de frutos otoñales anaranjados, ahora lucha y se niega a rendirse ante la evidencia que el invierno es época de descanso y que el viento de otoño debe cumplir su deber de arrancar las hojas caducas de los árboles; él, el mancaqui, afirma sus grandes hojas doblándolas y dándoles color rojo oscuro; él sabe que acabará por dejarlas caer pero lo hará orgullosamente, una a una, provocando al viento que arremolineará sobre él hasta quitarle todas sus hojas y dejando sólo sus ramas desnudas.
Unos ganan, otros pierden, así es la vida, es así la naturaleza: unos mueren otros viven, como los dedales de oro y las violetas, que están llenándose de flores fragantes.
Hace frío ¡bienvenido!
Llueve ¡bienvenido!
Tiempo de calma
Tiempo para pensar
Tiempo para recordar
¡Bienvenido, otoño!

martes, abril 04, 2006

ROSALES

ROSALES


Jamás creí que las matas de rosas, brutalmente rozadas por la guadaña, pudieran brotar y….menos aún en Otoño; sin embargo ha ocurrido un milagro de la naturaleza y, no sólo han brotado sino también florecido esplendorosamente.
Los viejos rosales, encontrados tirados en la calle; de gruesos, oscuros y retorcidos troncos, han dado lo mejor de si y están llenos de flores tenuemente rosadas, grandes y olorosas, también tienen botones de tallo largo, por lo que florecerán por lo menos durante un par de semanas más. Huelen… ¡Cómo huelen de bien! Por la tarde después que el sol se va se entremezclan los olores de los rosales con el de los azahares.
Los otros parterres tienen rosales mucho más jóvenes, vienen de regalos especiales, de una u otra abuelita que me ha regalado un esqueje de su rosal preferido, es así como lentamente se ha ido incrementando una buena colección de matas que dan flores de variados colores: unas dan flores blancas tan delicadamente pintadas de rosado que parecen de porcelana, no se pueden cortar porque se mueren, hay que mirarlas y gozarlas porque duran muy poco, lo suficiente para darse un gusto. Otras son casi amarillas, color te intenso, dibujadas en su interior con finas líneas más oscuras. Hay uno que otro matorral de rosas blancas floribundas que se quieren apoderar de todo el sitio; ellas crecen y crecen, florecen y florecen, sólo las detiene el invierno, son las últimas en florecer y las primeras en hacerlo en primavera. Detalle aparte son las rojas, porque las hay de todos los tonos, desde el rojo anaranjado hasta el púrpura; desde la que no se termina de abrir guardando su secreto hasta la que se abre entera mostrando los estambres en corona.
En una parte muy especial tengo unas rosas que vienen del sur de mi Chile, de Quellón; pícaras rosas que se dan en manojos de hasta siete florcitas pequeñas…tienen si, algo especial… cuando recién se muestra el botón, son amarillas intensas y…cuando abren, rápidamente se tiñen de rosado y a los dos o tres días se van poniendo cada vez más rojas hasta llegar al púrpura, color en que se suspenden hasta que una brisa traviesa las deshoja….¡rosas de Quellón, traídos sus esquejes con mucho amor! También con mucho amor las contemplo y recuerdo el día en que las planté sin saber si iban a enraizar.
Rosas de recordar, rosas de querer, rosas que se equivocaron de estación y estando en Otoño se creen que están en Primavera. ¡Gracias por alegrarme!


2 Abril 2006