jueves, febrero 21, 2008

REMEMBRANZAS




Entre la hojarasca seca por un verano cruel, han florecido dos varas de San José…azucenas rosadas y perfumadas….de esas que no faltan en las casas de campo, que dan color en un tiempo en que todo es amarillo; dan fragancia por las tardes, a la hora de las brujas, a esa hora que no termina el día y no empieza la noche.
Quien pudiera guardar el olor de las flores de las varas y poder sacarlo cuando haya momentos de anhelo, momentos en los que quisiera volver atrás el reloj de la vida y volver a sentir lo sentido muchos años atrás
Junto al olor de las varas de San José pondría el de la nuca de un hijo especial….el del ombligo de una guagua….el de las patitas del recién nacido que huelen a queso cuajado del día….el del sudor de los niños traviesos que han jugado todo el día…el de las manos de mi mamá…el de la chaqueta de mi papá…el de la ropa secada a todo sol….el del fruto del boldo calentito por la tarde….un poquito de humo del horno de barro donde se cuece el pan….otro del borde río….de las piedras calientes al medio día….también el olor a la lana de las ovejas con las que fueron tejidas las frazadas….el de los caballos sudados después de un día de trabajo…el del estero…el del trébol en flor…el del jazmín y el azahar.
¡Ay, que mezcla!,¡Ay que recuerdos!, ¡Ay que dolor!, ¡Ay que gusto poder evocar los olores de los tiempos idos y…..quién sabe si a los polvos de arroz de alguna abuelita y, de todas maneras el del cajón de los secretos de mi tatá!
¡Ay, que se pasa el tiempo!, ¡Ay que si no se recuerda se pierde!.
Faltan olores, faltan muchos…el de la montura, el del cajón de los libros…. ¡el del incendio!...de de la bodega con trigo a granel…el de la fragua…
¡Ay! ¿Dónde me fui? ¿a que años llegué? ¡Ay que tengo que volver! ¡Ay. Ay. Ay, que aquí estoy otra vez oliendo las varas rosadas de San José!

3 comentarios:

Castell de Mediona dijo...

Las campanitas, ellas que nos acompañaron casi siempre en nuestras andaduras por Chile. Las recuerdo en el fundo, las recuerdo en Santiago. Qué bonitas pero aquí no se me dan, ya lo he intentado. ¿mucho frio quizás?

Besitos de Consuelo

Anónimo dijo...

Que increible es Bernardita, pues yo que no he estado jamás en Chile, estas palabras me transportaron despacito, como debe ser, a mi infancia y a la vez a la de otros. Las palabras se convierten en sensaciones y no hay nada mejor que sentir. Un saludo de Marta de la Llacuna.

Antonio Valle dijo...

Es curioso cómo los olores nos transportan mucho más que cualquier otro recuerdo. ¿Por qué será que ese sentido tan poco usado es en realidad el más permanente?

Gracias por refrescarnos la memoria, como en El Perfume, a base de sensaciones.