miércoles, agosto 13, 2008

CASTAÑAS

CASTAÑAS!!!


Dulces, sabrosas….de esas que se hacen harina en la boca…de esas que se untan en manjar….de esas que traen mil recuerdos a la memoria.
Hoy viajé al pasado, a las primeras que le mandaban a mi tatá desde el fundo y con las que la Antuca hacía dulce, ya fuera en trocitos con almíbar, pasadas formando puré o….confitadas envueltas en papel plata! Toda la casa se pasaba a castañas y vainilla en vaina.
Luego, cuando nos fuimos nosotros al fundo de pequeños, al empezar el otoño y, justo antes de volver a clases, por la mañanita íbamos a “los castaños” a abrir los erizos que caían por la noche, con los pies los abríamos y sacábamos las castañas brillantes todavía con la savia del fruto. Había que esperar a que se secaran a la sombra para guardarlas pero….¡pillos los niños! Nos quedábamos con más de alguna en los bolsillos y las hacíamos estallar en el rescoldo de la cocina, entre risas, cuentos y quemaduras en los dedos, nos regodeábamos de los frutos fragantes y sabrosos.
Mi mamá nos contaba que en Europa vendían castañas asadas en las esquinas y que la gente se calentaba las manos con ellas…nos parecía un cuento, como todos los que ella nos contaba, no nos podíamos imaginar cómo podría ser.
Mucho más tarde en Las Palmas, en San Mateo vimos cómo un viejo castañero asaba castañas en una olla, eran ricas pero…mucho mejores eran las asadas al rescoldo. Era cierto que calentaban las manos; era cierto que el frío del invierno europeo era en otros meses que en Chile.
Hacía muchos años que no veía castañas, Luis Emilio me trajo un puñado del sur…las herví, como en tiempos de infancia y….me las he gozado, tanto las castañas como el recuerdo.
Gracias hijo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿ Cómo eran esas castañas envueltas en papel de aluminio con vainas de vainilla?

Y si se deja caer alguna recetilla de esas de la tatà?

Gracias por su colaboración