martes, junio 20, 2006

EL CIRUELO

EL CIRUELO


Al viejo ciruelo que veo desde mi cama le han crecido unas largas y delgadas ramas que se ven por sobre los árboles del fondo; no son unas ramas muy armónicas, más bien parecen unos palos tiesos y secos; en ellos se balancean los gorriones que vienen a comer maíz chancado todos los días. Yo los miro y me parece estar en una plaza de juegos de niños; los gorriones pían, se llaman, se juntan, se pelean; hay momentos en que las ramas están tan llenas de pajaritos que parecen frutas maduras….de pronto uno se lanza en picada al vacío….otro lo sigue…y otro….y otro…hasta que todos, por lo menos una treintena, pican y pican; comen y comen. Luego toda la bandada emprende el vuelo en un zumbido y vuelven a sus ramas. Este movimiento continuo sigue y sigue hasta que del maíz no queda ni una cáscara.
Mi entretención ha pasado, los gorriones se han ido a seguir comiendo en otra parte y las varillas del viejo ciruelo quedan desnudas; así será todo el invierno hasta que llegue la primavera a llenarlas con su blanco manto de flores blancas. Mientras, serán el columpio de los gorriones y mi entretención matutina

2 comentarios:

Antonio Valle dijo...

Que rico estar ahi, viendo a los gorriones jugar.

Anónimo dijo...

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