sábado, junio 17, 2006

Un paseo oloroso

UN PASEO OLOROSO


He salido a dar un paseo otoñal por entre los paltos; la tarde está quieta y silenciosa, sólo se escuchan los picaflores que silban y trinan felices tomando el néctar de las campanitas rojas….camino a paso largo….voy mirando atentamente mi entorno…me doy cuenta que, con el calorcito de la tarde, muchas fragancias se pueden percibir; unas humildes violetas que han sobrevivido a los pisotones, exhalan un perfume que me recuerda a unas tías abuelas de mi infancia.
Las hierbas aromáticas me regalan sus recuerdos, el cedrón, que yo planté de un palito que me regalaron, da un olor penetrante y cítrico; en varios maceteros brotan una menta fuerte y potente, un par de matas de poleo, una ruda, un toronjil…hierbas, ¡las buenas hierbas! ¡las que son medicinales! ¡las que me sacan de apuros!; cuando paso cerca de las macetas no puedo dejar de recordar a las personas que me enseñaron a conocerlas y a usarlas…fue de niña y en el fundo…con paciencia me fueron enseñando: ¡el toronjil “para la pena”! ¡la menta y el poleo para el dolor del vientre! ¡la ruda…para espantar los malos espíritus y sirve para todo! ¡el cedrón para bajar el almuerzo y para ponerle al mate!
Para rematar la “feria de los olores”, paso por frente a los nísperos que están enteros florecidos y me emborracho con su perfume, huelen a bailes, a grandes recepciones con mujeres elegantes…me encanto…me siento feliz….ha pasado un día y no ha sido en vano.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bienvenida, de nuevo!!! Ya lo estábamos echando e menos...

Un beso!!!

Nayra