jueves, agosto 02, 2007

¡ARDE CANARIAS1



¡ARDE CANARIAS!

¡Que dolor es el que siento, dolor doble del que debiera….me enteré por la televisión que Gran Canaria y Tenerife estaban ardiendo!...hubiera querido saberlo por alguno de mis hijos…me hubiera dolido, pero lo justo….me habría sentido incorporada al sentir canario.
No sabía que yo quería tanto a esas islas…no sabía yo cuan hondo habían calado en mi sentir… a lo mejor no debería sentir lo que siento… a lo mejor debería dejarlo ir… a lo mejor…a lo mejor…
Siento el fragor del fuego; oigo el ruido de las llamas, huelo la resina de los pinos, palpo la ceniza ardiente. Siento en el alma cada pino canario que se ha quemado….siento en el alma cada pinzón azul que ha muerto…siento en el alma cada pájaro canario que no cantará nunca más…siento en el alma los prados, los sembrados, el sotobosque que tardarán años en recuperarse…y ¿la laurisilva ¿volverá? Y los viejos pinos canarios de Tenerife ¿tendrán fuerzas para rebrotar o se habrán quemado hasta sus raíces?...cada uno de ellos me duele….en cada uno de ellos siento la muerte y vivo un duelo…pasará, como pasan todos los duelos….me consolaré como ante todas las penas…pero hoy ¡duele! y ¡cómo duele!...duele el dolor del bosque quemado, y duele el sentir la marginación y el olvido.
Una lágrima por el bosque…otra por el silencio de mis hijos….otra por el silencio de los hermanos…otra por el silencio de los amigos. Una tras otra se van hilvanando…las otras, las que ya no pueden caer se quedan dentro, las que pujan por caer recuerdan a los habitantes de los pueblos amigos…otras por los que tuvieron que dejar sus casas…otras más por los pájaros y animales que vagan por las islas buscando su habitat…otras, especialmente cálidas por las mariposas.
¡Arde Canarias!
¡Llora el alma!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Madre, qué dolor tan grande sentir esa soledad ante noticia tan espantosa. Nos hablamos con Lucho y Ricardo, todos estabamos estupefactos ante semejante acontecimiento. Aún no acaban de apagarse los rescoldos, sólo esperamos que no revivan, sólo esperamos que haya quedado algún pinzón azul, deseamos que haya remedio . Agradecemos que no hayan habido muertos. Este atentado terrorista al medio ambiente tiene que ser castigado. Propongo que las personas que han provocado ambos incencdios se pasen el resto de sus días replantando los bosques de esas islas que nos vieron crecer.
Todos estamos de duelo, perdón por el silencio.
Un beso amargo, un abrazo con lágrimas de su hija