martes, marzo 31, 2009

DIARIO DE NAVEGACIÓN

PARA UNOS OJOS QUE NO VÍ

Ojos glaucos de luz muerta,
de claridades verdosas
que embelezan y repugnan,
cual las aguas detenidas
en el fondo de una gruta
en que anidan los reptiles,
y en que brotan las anémonas.

Ojos verdes que obsesionan
que conturban y dan frío,
con el reflejo empañado
de sus miradas sin brillo,
de sus pupilas de ídolo
en que flotan las visiones
de los ritos ignorados
de una secta misteriosa.

Ojos glaucos que semejan
un áureo joyil abierto
que enamora y horroriza
porque en el fondo se agita,
entre perlas nacaradas
cubierto por las facetas
de zafiros y rubíes,
el áspid de Cleopatra.

Ojos verdes de tranquila
y soñolienta crueldad,
esmeraldas incrustadas
en la hoja de un puñal.



Ramón Rivas Ramírez
Mayo 19/1907

miércoles, marzo 25, 2009

DIARIO DE NAVEGACIÓN

PLEGARIA


Y su imagen que he guardado
en el santuario de mi alma
en el rincón de pureza
que vela de rodillas
mi cariño inmaculado,
ha sido la hostia santa
que encerrada en arca de oro
he adorado en el secreto
de amorosa religión.

En la lámpara sagrada
que ha velado su memoria
se han quemado de mi pecho
uno a uno los anhelos
sin extinguirse jamás
la fuente de ternura,
que naciendo de recuerdos
se alimenta de esperanzas.

Y en las horas de amargura
de tristeza y de pavor,
cuando mi frente vencida
se doblegaba hasta el suelo,
cuando tímido y sin fuerzas
me abandonaba al acaso,
como las hojas dormidas
que en otoño se abandonan
al soplo helado del cierzo,
allá en el fondo de mi alma
sentía una dulce voz,
que a mi espíritu afligido
susurraba con cariño
las palabras bendecidas
de Jesús, levanta y anda.

Y las tinieblas clareaban
y una mano cariñosa
separaba de la senda
de mi vida los abrojos;
y en mi frente que la fiebre
martilleaba sin piedad,
sentía el soplo benéfico
cual hálito de un ángel,
y mi pecho dilataba
la esperanza y el consuelo
de sentirme acompañado,
de saber que la existencia
no surcaba abandonado;
y que no era en este mundo
despojo de un naufragio
con que juegan inclementes
las tempestades del mar.

Y mi alma agradecida
elevaba una plegaria,
la plegaria que de niño
murmuraba soñoliento
reposando la cabeza
en los brazos de mi madre:
“Ángel Santo de mi Guarda
amorosa compañía,
te suplico de rodillas,
no me dejes en la vida”



Ramón Rivas Ramírez
Mayo 17/ 1907

jueves, marzo 19, 2009

DIARIO DE NAVEGACIÓN

VISIÓN


Y en la playa misteriosa
que las olas blandamente
van cubriendo con la espuma
blanquecina de sus crestas,
en la playa que ilumina
con claridades de plata
la luna que mansamente
se recuesta en el ocaso
en la playa en que la brisa
sus murmullos adormece
y en que mueren
lentamente los vagidos de la mar.
Mis ojos que escudriñaban
los horizontes vacíos,
han visto surgir de pronto
de la arena adormecida,
cual humo de un incensario,
un albo copo de niebla,
que al esfumarse en el aire
distendió sus blancos tules
en el azul de los cielos.
Y en esa pálida aureola
entreví la mirada
de sus ojos soñadores
y adiviné su sonrisa
de tristeza y de dulzura.
La visión desvanecida,
la nubecilla en los aires
diluyó sus blancos velos,
y en el azul de los cielos
brillaron, solo, los rayos
moribundos de la luna
que flotaba sobre el mar.




Ramón Rivas Ramírez
Mayo 17/ 1907

martes, marzo 17, 2009

DIARIO DE NAVEGACION

EVOCACIÓN

Resurja en la playa que envuelven las sombras
la pálida virgen de rubios cabellos,
la pálida virgen que flota dormida
en nimbo de oro, en velo de luz

Resurja en la playa, que muerden las olas
despierte del sueño, de quieta dulzura
que un ángel arrulla, batiendo sus alas
y escuche las voces de mi alma ardiente
que suenan perdidas, vibrando sin eco.

Contemple mis ojos abiertos sin ver
buscando en los cielos el suave reflejo
que un día la muerte cruel empañó;
y mire marchitas las ansias de mi alma
cual flores sin aire, sin sol y sin luz.

Resurja en la playa que bañan las ondas
y aspire en la copa vacía de mi alma
el acre perfume de mi ultima lágrima.

Bogando en el negro turbión de la vida
bogando al acaso, sin faro y sin rumbo
con sombras en lo alto, tinieblas abajo
mis ojos buscaban, con honda tristeza
la luz de los tuyos, la única estrella
que al negro horizonte, he visto clarear

Pensaba yo, a veces, en horas nostálgicas
porque no recuerdas, porque no entreabres
tus ojos que fueron el sol de los míos,
por lejos que flotes en otros espacios,
sediento de luz, bebiera el reflejo
que mi alma cegada, ansía y espera.

Yo vi indiferente rodar mi existencia
y solo he vivido amando recuerdos
el tiempo que mata amor y esperanza
las flores marchita y esparce sus hojas
llevóse en sus alas, que vuelan calladas
perfumes y efluvios, ternura y cariño
que nunca en mi pecho dejaron más huella
que deja en la nieve, un rayo de luz..
las ansias de mi alma, que suben y flotan
buscando en los cielos tu dulce figura
han sido la nube que el viento arrebata
destiende sus pliegues y rasga sus velos.

Resurja en la playa la pálida virgen
y mire en mi pecho, luciente el altar
que mi alma doliente perfuma e inciensa
con dulces recuerdos que quema el amor.

Reflejen sus ojos, la luz de la dicha
y cieguen los míos guardando el destello,
que anuncia a mi pecho, que el alma de mi alma
despierta en los cielos y escucha mi voz.




Ramón Rivas Ramírez

Mayo 14, 1907

jueves, marzo 12, 2009

DIARIO DE NAVEGACIÓN

LEYENDA DE UN GRABADO QUE HAY EN EL COMEDOR DE ZEMITA.

De pié en la puerta de la casa aguarda,
con suave inquietud de enamorada,
la vuelta cotidiana del esposo
la dulce compañera, cuya vida
encerrada en el marco de ventura
de un plácido cariño compartido
desliza su existencia cual la mansa,
corriente del arroyo en un oasis

Tranquilo horizonte ceniciento
diluye poco a poco sus colores
y destiende los pliegues de su velo
vagido perfumado de la tierra,
la bruma, mansamente, entre las sombras.
La brisa saturada de los ocres
efluvios de las flores otoñales
desprende con murmullos misteriosos
de la copa nostálgica del árbol
las hojas, que dormidas van rodando.

Alegre el fuego en el hogar crepita
y alumbra con llama juguetona
la plácida quietud del interior.
Un tibio ambiente de ternura flota,
cual caricias de madre y de mujer.
Oculto en la penumbra el blando nido
entreabre su regazo perfumado;
y sobre el blanco del mantel resalta
la dorada corteza de los panes.

En el recodo de la senda surge
una figura que la sombra empaña
y con mirada de amoroso afán
que penetra los velos de la bruma
distingue la dulce compañera
la adorada silueta de su esposo
y vagando en sus labios la plegaria
que brota de su pecho agradecido,
tiende su frente, palpitando, al beso.


Ramón Rivas Ramirez

Mayo 13/ 1907

lunes, marzo 09, 2009

DIARIO DE NAVEGACION

TUS MANOS

Tus manos transparentes, exangües, dolorosas
tendidas en plegaria al borde del abismo,
semejan a los pétalos de blancas azucenas,
que tiemblan bajo el soplo del recio vendaval.

Tus manos que se cruzan con gesto suplicante
sobre tu escueto pecho que atormentó el dolor,
parécenme las alas de tu alma inmaculada
que llora la nostalgia de no poder volar.

Tus manos que contemplo tan pálidas y diáfanas,
alzadas a los cielos, pidiendo caridad
las creo la paloma que en prenda de bonanza
posó su blanca pluma en el arca de Noé

Tus manos que traslucen, las venas azuladas
bajo la nívea piel que oculta tu sangre empobrecida
semejan la hostia pálida que ofrendases y nada
al ángel que te espera, en las puertas de la luz.

Tus manos dolorosas, que tiendes afligida,
tus manos que ensortijas con gesto de terror
parecen la agonía de un alma virginal,
que su alba capa esfuma, temblando de pavor.

Tus manos si se posan con dulce languidez
sobre la frente oscura del hombre atormentado,
serían la corona doliente y voluptuosa
que el Cesar Heliogábalo, nostálgico soñó.

Tus manos adornadas de gemas y de luces
recuerdan a las manos de Helena y Salomé
y parésenme primicias de ardores no soñados
esos reflejos cálidos sobre tu blanca piel.

Tus manos perfumadas cual lirio de los valles
refrescan en mi alma las fuentes de la vida
imponlas en mi frente, para sentir con ellas
la plácida frescura, del agua del Jordán.



> Ramón Rivas Ramírez

Mayo 12- 1907

miércoles, marzo 04, 2009

CUADERNO DE NAVEGACIÓN

15 PARA J.



Yo vi en tus senos de nívea blancura
turgentes y opulentos, entre encajes negros
la orquídea deforme de pétalos hieráticos
vibrando estremecida de ansias voluptuosas
y abriendo su corola con dulce languidez,
para aspirar el tibio perfume de tu cuerpo,
erectos sus pistilos, sangrientos y eróticos
bebían en el ánfora redonda de tus senos
el filtro que enloquece; y caían en llovizna,
al fondo estremecido de la demoníaca flor,
los gérmenes de vida, en polvo de oro y grana.



Ramón Rivas Ramírez
Mayo 1907

lunes, marzo 02, 2009

RAMÓN RIVAS RAMIREZ (1874-1909

MI ABUELO RAMÓN



Fue un desconocido para mi mamá porque lo perdió cuando ella tenía tres años y sufrió por no tener ni la imagen de su padre.
Fue un desconocido para mí porque nadie me habló de él y, tampoco yo tuve la curiosidad de saber de su vida.
Fue tanto el dolor de mi abuela cuando murió dejándola sola, joven, bonita, con 6 hijos, Ramón, Jorge, Fernando, Luz, Julita y Hernán Rivas Freire y totalmente dependiente de su suegro que se encerró en si misma y nunca volvió a mencionarlo.
Hoy estoy atando cabos de su vida e interesándome en él al reencontrar unos escritos suyos, bocetos, borradores de lo que leería después en la Cámara de Diputados o publicaría en el periódico que fundó; apuntes políticos, prosa poética y poesía.
Estos escritos están en un “Diario de Navegación” y redactados en las Haciendas Virgüin y Zemita propiedades de su padre, Juan Francisco Rivas Cruz, y que él administraba; escritos en sus noches de desvelo o en las tardes de lluvia y soledad.
Mucho he aprendido de él y quiero hacerle un homenaje publicando en este Blog lo que vaya trascribiendo.


BIOGRAFIA

-Nació en Santiago de Chile en 1974
-Murió en el fundo de su padre, en Zemita en 1909
-Estudió en los jesuitas en Santiago
-Se recibió de abogado en la Universidad de Chile en 1897
-Fundó el periódico La Mañana
-Fue en dos ocasiones Diputado por Melipilla y por Victoria



-Chile perdió a un gran hombre.