domingo, abril 18, 2021

UN RARO INICIO DE INVIERNO

      Noches frías de invierno; días tibios de primavera, extraño clima que nos tiene asombrados….un día llueve a cántaros, luego el cielo se quiebra y sale el sol que calienta el ambiente y evapora la lluvia con un vaho húmedo de trópico. Las premiadas son las callampas, que este año han brotado por todas partes…chicas y marrones…grandes y doradas…unas con un botón central….otras vueltas como paraguas al viento… y, las más extrañas: ¡moradas!. La bandada de codornices se ha mantenido unida, son una docena que, por la mañana, cantan despertándonos; caminan rápido, comen, beben y se van en fila india por el camino entre la hierba. ¿Qué hacen el resto del tiempo? Una incógnita…pero por la mañanita: aquí están. Otros días son de niebla, espesa y algodonosa, amortigua los sonidos, ya no hay ni autos, ni gritos, ni risas, ni niños, tampoco pájaros…esos que vienen a comer a la salida del sol…tampoco están. El agua se cuaja en los tréboles y lame los paltos; todo el entorno está mojado y la neblina se arrastra dibujando siluetas…parece que nunca va a aclarar, sin embargo, poquito a poco se va diluyendo, mostrando el azul del cielo. Más tarde el sol hace brillar las hojas limpias de los árboles y el trébol que, entrecerrando sus hojas, junta las gotas de agua para refrescarse. Los gorriones, pardos y grises, con su moñito erguido, pían y pían pidiendo comida, ya sea un puñado de maíz chancado o un resto de arroz y un silbido los hace llegar atropelladamente…ellos quieren comer y comer; pican y vuelan, se posan en las ramas desnudas de un ciruelo; pican y se van en oleadas de terror a perder la vida en las fauces de la gata vegetariana; me alegran la vida, me dan optimismo; ellos, los inocentes, comen y se van, son libres; los miro y su libertad se hace mía. Entre el verdor de los vinagrillos que cubre el campo como una alfombra esmeralda, han aparecido islotes de juncos que contrastan con sus largas y afiladas hojas las redondeces de la pradera….como si un diseñador se hubiera hartado de curvas y hubiera querido romper con ellas poniendo puñados de rectas hojas con flores perfumadas. Tiempo de contrastes; tiempo de invierno raro y no muy bien entendido…es lo que tenemos.