sábado, noviembre 25, 2006

VERDES VISITANTES

La pequeña higuera, llena de hojas fragantes y de frutos todavía por madurar está envuelta en una nube que bordonea fuertemente; zumban las suaves y nervadas alas interiores de los verdes pololos que, trabajosamente, levantan y azotan sus rechonchos cuerpos verdeamarillos eléctricos; parece que algo buscan, que algo quieren; llegaron, igual que el año pasado en la luna oscura de Noviembre, al caer la noche: zumban y zumban; se agitan, vibran, con sus élitros abiertos semejan pequeños aviones; verdes, muy verdes; torpes, muy torpes.
Me acerco al árbol y me inmovilizo, abro mis brazos y los elevo, siento que me convierto en higuera, mis manos se alargan y se extienden, se abren, enverdecen….¡si hasta despido su perfume! Al ser una con la higuera, los pololos no me desconocen, se enredan en mi pelo, se pegan en mis manos y en mi cuerpo, los siento duros, ásperos, fuertes. Yo los acepto como son y me emborracho con su vibrar y parece que entro en una especie de éxtasis; gozo con ellos, son hermosos, los toco, los acaricio… y…luego vuelven a volar y a estrellarse unos contra otros
Dura la fiesta quince minutos; dura mi fiesta toda la semana….esperaré un año para volverlos a ver. ¿Me reconocerán?

3 comentarios:

PEP dijo...

Fantastico relato los he sentido como si hubiera estado alli, y buena foto !

Felicidades y un saludo !
Pep

Anónimo dijo...

¿Y cómo le da tiempo de escribir estas preciosidades teniendo al antoñete rondando por ahí?

Escribe tan lindo que parece que se nos enganchan los pololos a todos en el pelo. No olvido su color y la foto es muy bonita.
Besitos, su hija

Anónimo dijo...

oh Bernardita de los paltos....ayer de Atacama, de esos sueños truncados, de esos amigos caídos, de un amor juvenil que aun camina por la avenida Brazil...

Desde estas tierras rodeadas de oceáno, barridas con vientos de la Antártica, sin raices de un pasado pero con memorias latentes........un abrazo fraterno de Jorge Villazon-Leon