domingo, julio 15, 2007

RECUERDOS ATESORADOS

Desierto de Atacama

Noche sin luna en el desierto de Atacama, cielo negro profundo tachonado de millones, de cientos de millones, de miríadas de millones de estrellas. Noche sin nubes….sólo cielo negro y estrellas; la Vía Láctea parte el cielo en dos haciendo único el momento.
Mientras, el salitre de la Pampa, con el frío, va estallando en armónicos sonidos cantando su canto, el canto del desierto, una sinfonía de percusiones.
Padres e hijos inmóviles, conmovidos, asombrados; sólo mirar y atesorar…atesorar el instante para recordarlo años más tarde en momentos en que la vida, con su agitación, los perturbe.
Negra profundidad, estrellas y el canto de la Pampa.


Noche de verano

Estrellas en el cielo, luciérnagas en la tierra; el río viene de la cordillera sonando fuerte; el Puelche refresca la noche haciendo cantar al monte; las aves nocturnas cazan silenciosas; los zorros, también.
Padres e hijos se gozan las noches de verano en el fundo; es el momento de mirar arriba, muy arriba y ver las estrellas fugaces y….pedir un deseo, o de tomar las luciérnagas y ponerlas enredadas en el pelo…todos, padres e hijos coronados de luz…la cordillera coronada de estrellas…es que el ser humano busca la luz, no puede vivir sin ella. Sólo falta un cometa para que la felicidad sea completa…también se pueden ver con la imaginación ¿Lo quieren blanco o azul? ¿Lo quieren vertical u oblicuo? ¿Lo quieren grande y ancho? O ¿fino y largo? ¡Es cuestión de ponernos de acuerdo!
Noches perfumadas de verano con olor a fruta madura todavía tibia por el sol; olorosas a trébol en flor; a miel de las colmenas; al poleo del potrerillo; a la menta de la acequia… a las moras a punto..a boldo…a peumo; y el canto de los grillos y el croar de los sapos le dan un toque festivo a la noche…..Estamos en vacaciones.






Tempestad

Tarde de febrero, pesada, caliente, quieta; negros nubarrones pueblan el cielo, negros, muy negros, espesos, enormes, haciendo figuras ciclópeas; no pasan la cordillera…se están juntando a distintos niveles; masas negras del norte, otras del poniente, otras del sur, todas empujan y se atropellan hasta que las gigantescas fuerzas se estrellan y la energía se descarga en una tempestad eléctrica que padres e hijos se gozan ¡Que viene uno, que viene! Y un inmenso relámpago cruza el cielo iluminando por delante y por detrás de las nubes….¡Uno, dos, tres, cuatro! El trueno retumba el valle y el eco se extiende por el cañón del río… ¡Está lejos todavía! Aún quedan fuerzas, aún habrá más entretención; surgen los relámpagos bifurcados, trifurcados, multifurcados, caen los rayos, retumban los truenos cada vez más cerca… ¡Ya está encima de nosotros! ¡Tápense los oídos! ¡No salgan del corredor!...y los gigantes del cielo siguen jugando a competir cual es capaz de producir un efecto mayor.
Padres e hijos pasan un momento inolvidable… ¡Vamos, un recuerdo más para no olvidar

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Cuánto tardamos en llegar al luagar idóneo? Ni me acuerdo. El jeep hacía horas que había salido con todos los niños y con toda la ilusión de ¡¡Una gran excursión por el desierto!!!
Nos encontramos con aquel enorme cráter, "¡¡¡ De meteorito!!!"--explicaba el papá. Era enorme. Luego llega el gran momento en que el Dr. nos abre los ojos ante la posibilidad de la existecia de marcianos... de vida real en otros planetas... Vaya noche, no sé cuántas horas nos pasamos esperando divisar los platillos voladores. Fue sensacional. Gracias papá, hoy aún miro las estrellas esperando que si hay vida fuera, sean más respetuosos que nosotros con nuestro planeta.