sábado, marzo 31, 2007

TARDE DE OTOÑO

El otoño se dejó caer de manera brusca y tremenda; un núcleo frío en altura se pasea por el país de sur a centro y de centro a sur; quien sabe qué fuerzas misteriosas lo hacen desplazarse y amenazar con vientos, frío y lluvia a toda la población.
Aquí, casi en el campo, los pájaros están alborotados, silban, chillan, trinan ¡Juraré! gritan los tordos mientras se atiborran de higos maduros; las abejas zumban buscando el dulzor de las uvas y las “chaqueta amarilla”, oportunistas, van tras de lo que dejan las abejas; ladran los perros en el entorno y uno que otro caballo relincha a lo lejos. Todos estamos alterados, mi corazón resuena, a veces parejo, a ratos a saltos como presintiendo algo.
Tarde de otoño, de años recién cumplidos, la casa está llena de flores, de rosas, lilium, liciantum; ramos que me han llegado de amigos y….de Consuelo, ramo donde están representados todos y cada uno de mis hijos y nietos ¡Que contenta, emocionada y plena me siento!
Todos esperamos la lluvia pero, antes que caiga, el núcleo se mueve y nos quedamos con las ganas de…si, ganas de ver llover, de refugiarse en la cocina con un tazón de leche con miel y manzanilla y…sopaipillas, pasadas o no, son igual de buenas.
Tarde de otoño, tarde de recuerdos, de rememorar acontecimientos; por lo visto, todo lo importante me ha pasado en otoño…nací y me casé en otoño y pase muchos, muchísimos años con un hijo en los brazos y con otro en el vientre.
Tardes de otoño en el fundo, olorosas a dulce de membrillo, a monte, a coiles, copihues y murtillas, a recibir chaparrones furiosos en la cocina de la señora Leonidas acompañados con tortilla al rescoldo, pebre y mate amargo con palo de guindo.
Tardes de otoño escuchando a las cachañas que bajaban de la cordillera en verdes bandadas comadreando en los robles enrojecidos, mientras el río resonaba contra las piedras.
No hay otra estación que tenga el color y la poesía del otoño.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ustedes empienzan el otoño, nosotros la primavera. Tenemos las mismas lluvias y las mismas nieblas ("boiras"), pero esos olores que es capaz de transmitirnos...esas sopaipillas, ese mate con tortillas al rescoldo....esas mermeladas, todas esas fragancias a fundo...¡NUNCA las volveremos a encontrar y mucho menos por aquí. Góceselo.

Besitos