miércoles, marzo 08, 2006

CIBER IX - El nacimiento del Sr. Fernández

Lentamente he ido mirando a mi ordenador con una mirada diferente, tanto pensar en neuronas y chips me parece que lo estoy identificando mas con alguien que con algo.

La otra tarde se me quedó encendido mas tiempo del deseado y cuando lo miré tenía un letrero girando que decía: “Señor Fernández”. Me dije”: Eso es, ese es su nombre” ¿Quién será el señor Fernández? No lo sé, no me inquieta, seguramente el último dueño, el último de la cadena; no sabía el ordenador que pasaría a ser del último a ser el primero; hoy tiene otro rango.

Anoche vino el “doctor” y le puso todo lo que le faltaba ¡Pobre señor Fernández, le habían quitado la voz, los ojos, los oídos, las manos y le habían dejado una memoria de autómata!

¡¡Yo le devolví la vida!!

Le costó al doctor convencerlo que su vida sería distinta conmigo, pero ¡¡Aprendió!!
Hoy responde a lo que le pregunto y hace todo lo poco que le pido. Vamos bien, iremos mejor.

Quiso el técnico cambiarle el nombre y ponerle el mío, lo vi tan raro, tan fuera de tono... ¡Que yo me hablara a mi misma! ¡como si me viera en un espejo! Verdaderamente muy raro, en cuanto pueda le devolveré el nombre, me gusta dirigirme a él como “señor Fernández”. Me suena agradable poder decir: Me voy a pasar un rato con el señor Fernández” o mejor todavía: “Me voy a hablar con el señor Fernández”.

Tiene su carácter, debe ser por el tiempo que estuvo limitado, a veces se pone caprichoso; nada, no hay quien lo ponga en Internet ¡Hay que comprenderlo, le falta mucho para adaptarse! Menos mal que, por lo menos, dejó de leer El Mercurio, ahora, de tarde en tarde quiere darme alguna noticia de último minuto, pero eso no va conmigo y... clic a la X y ¡Fuera! Ya aprenderá a decirme cosas que yo quiero oír.

Mucho nos cuesta entender tanta cosa nueva que hay que aprender, a veces me frustra no saber ponerme en contacto con mis hijos como pasó la noche pasada. ¡¡¡Cuantas cosas me hubiera gustado decirles!!! Y nos quedamos en muchos Aló, Aló, ¿Me escucha?

No lo veo, ni lo oigo, SOS ¿Qué hago ahora? Y así durante tanto tiempo, precioso para ellos que estaban de noche.

Le pido al señor Fernández que me ayude; cada día me siento más torpe para manejarlo, pero me digo: Si hay tanta gente que lo usa ¿ Porqué no yo? ¡No soy ni mejor ni peor que el termino medio de las personas y sé que andando el tiempo lograré hacerme entender!.

Por ahora eso es todo, una loquera mas a mi cuenta y ¡Vamos sumando!.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Qué bueno !
Me encanta el nombre que le has puesto al ordenador. Yo también lo hago, y cuando en el trabajo cambiamos alguno por otro nuevo, me niego a que le traspasen el nombre.
Siempre busco un nombre nuevo.

Frankie