PICAFLORES
Muy de niña, en la galería del fundo, una mañana quedó encerrado un picaflor. Con cuidado lo tomé y sentí una sensación especial y maravillosa, la sensación de tener, más que un pajarito, un bluf porque era tan pequeño como un “Pulgarcito” envuelto en un plumón de suaves plumas que guardaba un corazón que latía desesperadamente. En el rabillo del ojo le vi una pinta blanca ¡tan poco de pájaro y tanto de niño! Lo sentí y lo dejé ir.
Hoy empieza el Otoño y hace un par de días han vuelto los picaflores a nuestro jardín ¡Bienvenidos sean, nos traen el inicio de una estación preciosa!
Desde que calienta el sol se les oye piar y trinar buscando el néctar de las flores cálidas, no se detienen, vuelan tan rápido que no se les pueden distinguir las alas, relámpagos tornasolados que iluminan con sus tonos verde-azulados las flores rojas de los hibiscos; adornos fugaces del jardín; joyas volantes; maravilla de la naturaleza; ellos no son de nadie; ellos libremente nos visitan todos los años y nos hacen felices.
Siempre se les ve en parejas, ya pasó el verano y con él la responsabilidad de ser padres; para ellos este es su momento de solaz y para nosotros un ejemplo de amor
Muy de niña, en la galería del fundo, una mañana quedó encerrado un picaflor. Con cuidado lo tomé y sentí una sensación especial y maravillosa, la sensación de tener, más que un pajarito, un bluf porque era tan pequeño como un “Pulgarcito” envuelto en un plumón de suaves plumas que guardaba un corazón que latía desesperadamente. En el rabillo del ojo le vi una pinta blanca ¡tan poco de pájaro y tanto de niño! Lo sentí y lo dejé ir.
Hoy empieza el Otoño y hace un par de días han vuelto los picaflores a nuestro jardín ¡Bienvenidos sean, nos traen el inicio de una estación preciosa!
Desde que calienta el sol se les oye piar y trinar buscando el néctar de las flores cálidas, no se detienen, vuelan tan rápido que no se les pueden distinguir las alas, relámpagos tornasolados que iluminan con sus tonos verde-azulados las flores rojas de los hibiscos; adornos fugaces del jardín; joyas volantes; maravilla de la naturaleza; ellos no son de nadie; ellos libremente nos visitan todos los años y nos hacen felices.Siempre se les ve en parejas, ya pasó el verano y con él la responsabilidad de ser padres; para ellos este es su momento de solaz y para nosotros un ejemplo de amor
2 comentarios:
Estoy sentada en mi mesa de trabajo, una pareja de picaflores se han quedado un ratito sobre el ordenador...luego se han ido por la ventana, seguro que a visitarte... Hoy tendré un lindo día!!!
Un abrazo de plumas calentitas
Margarita
Bernardita:
Como cada año los picaflores se nutren del néctar de las flores de tu jardín, así deseo seguir siempre alimentando mi espíritu de tu sabiduría.
Gracias por tu amistad
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